lunes, 30 de abril de 2007

Debate

LA JUVENTUD PERDIDA
Acerca de nosotros, los jóvenes, existen miles de debates sobre el por qué de nuestros comportamientos. debates en torno al por qué de nuestras elecciones y "decisiones" sin que hayan adultos dispuestos a hacerse cargo del pedazo de mundo que les tocó dejarnos. Ni tirarles la pelota, ni hacernos cargo de ser los culpables de la degradación de la sociedad. Un breve análisis sobre tanto que se lee en estos tiempos.

Por Gisela Marsala-

Cuando quise escribir acerca de la juventud de hoy dude varios instantes, confundida no sabía muy bien qué es lo que debía pintar sobre el papel… quizá porque soy joven, quizá porque soy parte de esa “juventud perdida”, quizá porque me cuesta separarme de lo que soy, de lo que vivimos los jóvenes y de cómo nos ven “los grandes”. Es que es tan difícil tratar de entender para ellos, por qué los adolescentes hoy somos como somos, hacemos lo que hacemos, estamos como estamos. Difícil de entender por qué la adolescencia se ha extendido tanto hasta pretender (o creer tener) una juventud eterna. Es tan doloroso revisar nuestro pasado y descubrir que realmente el estilo de nuestro sistema político contribuyó a moldear la sociedad de estos años. Una sociedad gobernada por las botas más que por los votos. Una ruptura de la solidaridad, que creó en nuestros sectores excluidos un resentimiento manifestado en la creciente delincuencia, altos índices de drogodependientes, embarazos, abortos y suicidios juveniles. Todas las monedas tienen dos caras, todos los sucesos tienen dos caras, depende de quién lo mire, quién lo cuente, desde qué visión. Primero y antes de entrar en el análisis de los jóvenes, es importante ver que existe una niñez con valores distintos, cambiados, diferentes a los que todos fantaseamos alguna vez. Una niñez regida por la dictadura de la moda, de la tecnología, de los juegos cibernéticos, de la falta de hábitos, de límites. Otra generación de niños que sufre hambre, que sufre la falta de una familia consolidada, de vestimenta y salud que les garantice un futuro seguro, estable, equilibrado. No hay garantía de que ellos podrán ser seres pensantes y críticos de los modelos neoliberales que cada vez se imponen con más fuerza. Entonces hoy… somos una juventud interesada solo por ídolos de moda, interesada en disfrutar todo lo antes permitido y como sea, sin pensar en las consecuencias a las que pueden conducir algunos actos. Félix Luna opina que hoy existe “una juventud desentendida de los temas nacionales, pésimamente educada, víctima de los efectos letales que les ha provocado la enseñanza recibida que hasta, en su lenguaje pobre y primitivo, se distingue del resto de la población”. Yo creo que desentendida porque no atiende cuestiones del país, del mundo, ni siquiera de lo que sucede a la vuelta de su casa. Pésimamente educada… ¿será que ni a los problemas ni a las formas de comportarnos las elegimos nosotros? alguien nos la dio, alguien nos mostró las miserias más profundas del ser humano, cada piba y pibe que hoy no actúa como lo hacían ellos, filtró lo que la televisión de su época, los dueños de los boliches (todos mayores) y la diversión sin límites nos impuso. Justamente, víctimas de la enseñanza que nos han entregado. Un lenguaje acorde a la TV., a Internet, a los celulares… Por suerte y como incentivo de motivación también están los otros, la otra cara, los pibes y pibas que sí generan desde temprana edad proyectos, se ponen metas, intentan conseguirlo a través de la educación, del esfuerzo, de la lectura, de la tolerancia, del respeto, del compromiso… chicos y chicas que tienen la posibilidad que hoy la historia les ha truncado a la gran mayoría, a la mayoría popular, a los pobres, llamemos de una vez por todas las cosas por su nombre, dejemos de mirar para otro lado. La historia y las anteriores generaciones le han negado a la inmensa mayoría de los niños de hoy -jóvenes y padres en potencia- la posibilidad de, simplemente, soñar… Por eso, debemos consagrarnos a educar desde la creación de una cultura diferente, renovada, espiritual, abierta al pensamiento crítico, comprometida y dispuesta, de una vez por todas, a incluir a las voces silenciadas. Solo se trata de comenzar a plantar de una manera distinta. Hoy veo que hay una gran generación que está aprendiendo a aceptar que cometió errores y una gran generación de jóvenes que estamos intentando creer que los grandes no se equivocaron en todo.

Asamblea estudiantil-Neuquén-

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